Nosotros

No hay Sufismo sin Islam Somos musulmanes sunnis, pertenecemos a la muy Noble y Gloriosa Tariqah Naqshbandi, que ha mantenido, a través del tiempo, al sufismo tradicional en su forma más pura: el camino de la espiritualidad musulmana. En el mundo, más no del mundo Existen dos mundos: el material (dunya), visible y el sutil, invisible. El sufismo es el arte de entrar en el mundo sutil a través de esta vida. Es una vía espiritual para la vida cotidiana. Una práctica de adoración y recuerdo de Allah, dónde el creyente intenta vivir según lo que Allah le ha decretado, aspirando a vivir en Unidad con su creador. Yihad El sufismo es yihad, que significa “esfuerzo”, “lucha”. Se trata de perseverar en el esfuerzo por desprenderse de las impurezas del ego y vestirse de cualidades nobles, siguiendo el ejemplo del Santo Profeta Muhhamad Mensajero de Allah (sws). La Orden del sello de la Profecía (SWS) En el camino del sufismo nos guía un maestro o Sheij. Aquel quien conoce profundamente las enseñanzas (Shariah y Sunnah). Quien ha dominado a su ego (nafs) y nos facilita la tarea frente a los desafíos del camino espiritual. La Tariqah Naqshbandi es conocida como la Orden del sello de la profecía porque viene del Santo Profeta Muhammad (sws), quien puso el secreto de nuestra orden en su compañero Abu Bakr as-Siddiq (ra), y que este transmitió a su sucesor; y así ininterrumpidamente por 40 santos hasta llegar a nuestro actual maestro Mawlana Sheij Muhammad Adil (qs), el número 41 de esta cadena.

Nuestro Últimos Tres Maestros

Sheij Abdul Rauf

“Es tu última oportunidad”

...y con esta frase comienza la historia de quien hoy es Sheij Abdul Rauf Felpete de Patagonia.

Antes de saber que tenía un maestro.

Antes de saber que era musulmán.

Antes de ser Sheij Abdul Rauf, el Sheij de la última frontera del Islam,

el Guardián de la reliquia, el Sheij Naqshbandi de Latinoamérica.



Raúl Felpete en su vida tuvo una intensa búsqueda espiritual, para él, seguir la guía de un maestro fue fundamental desde joven. Transitó muchos caminos, practicó y enseñó disciplinas y vivió en distintos lugares del mundo.

A raíz de una visita a la Argentina de una autoridad espiritual de la India, que le dio consejo, fue que ordenó su vida. Hasta entonces, en apariencia exitosa, pero internamente vacía. Así fue como se casó, tuvo hijos y cuando pudo compró tierras en un paraje rural de la Patagonia: Mallín Ahogado. En ese entonces recóndito y salvaje. Allí comenzó a hacer su casa de a poco y con el esfuerzo que implicaba construir y vivir en la Patagonia de esas épocas. Se ganó la vida oficiando de huesero y paseando turistas en 4x4.

Sheij Abdul Rauf junto a Mawlana Sheij Nazim

Durante el primer año en Mallín, el padre de una paciente le regaló un Corán. “Para las noches de invierno”, le dijo. Lo leyó, y sintió que “allí algo había”. Pero se preguntaba cuál sería la puerta de entrada.

Y aquí comienza la historia… Un día esa puerta se abrió, y apareció la llave que le permitió entrar…

Raúl había hecho amistad con un hombre, el Doctor Golsio, que, cada tanto, se hospedaba en su casa en Mallín. Allí se tomaba un descanso de la rutina y contemplaba la naturaleza. Un día, preguntó si podía hospedarse junto con un paciente que estaba iniciando un proceso de rehabilitación de depresión y drogadicción. Al principio a Raúl no le gustó nada la idea, pero luego aceptó. Fue hospitalario, quiso ayudar. El doctor y el paciente fueron bien recibidos.

Y ese fue el punto de giro de su vida. Cuando el hombre se presentó ante Raúl le trajo un mensaje: “mi Maestro me manda a decirle que esta es su última oportunidad”. Y le enseñó un libro con la foto de Mawlana Sheij Nazim en blanco y negro. Era el primer libro editado en Argentina sobre Mawlana.

Mawlana Sheij Nazim Adil Al Haqqani

El recién llegado era seguidor de la Orden Naqshbandi, la muy Noble y Gloriosa, que para ese entonces era liderada en Argentina por Abdul Nur Rocatti (desde Mar del Plata). Y es Adab en la Orden Naqshbandi pedir permiso para viajar, casarse y divorciarse. Tres acciones importantes que pueden modificar el curso de la vida, para bien o para mal.

Así que el visitante le había pedido permiso a Rocatti. Rocatti dudó y consultó con Mawlana Sheij Nazim. Mawlana aprobó el viaje y agregó un recado: “cuando esté allí, que le diga al dueño del lugar que esta es su última oportunidad”.

Rául Felpete quedó perplejo. Y estando frente a la entrada del camino de Allah (swt), con la puerta abierta, como pidiendo permiso disparó la pregunta correcta: “¿cómo hago para hacerme musulmán?”. El hombre le contó que cualquier musulmán puede hacer a otro musulmán solo dando Shahada. Y allí mismo, en un lugarcito en su chacra, frente a un estrecho arroyito, Raúl Felpete dio su testimonio de fe. Se hizo musulmán. Y su vida cambió para siempre.

Pasados unos meses viajó a Mar del Plata para iniciarse en la Orden Sufi Naqshbandi. Conoció a Rocatti y a otros musulmanes. Hicieron dhikr. Todos se pararon alrededor de Raúl y Abdul Nur, formando un círculo y dieron Bayat. En ese momento lo vió. Ambos lo vieron. Entre el y Abdul Nur. Como si estuviera parado frente a él, Mawlana Sheij Nazim lo miraba sonriendo. Y así fue que Raúl se convirtió en Abdul Rauf.

No pasó mucho tiempo desde entonces, que Abdul Nur Rocatti renunció a la Orden Naqshbandi. Y así sin ninguna gran ceremonia, y casi sin conocimiento sobre Islam Abdul Rauf se entera por teléfono que es el nuevo Sheij Naqshbandi de Argentina.

Para Rocatti había sido una señal ver a Mawlana entre él y Abdul Rauf en su primer encuentro.

A fines de ese año, Abdul Rauf por fin viaja a conocer a su maestro. Mawlana Sheij Nazim, un hombre con una presencia incandescente, que le da la bienvenida entre caramelos y pañuelos, y entre risas y lágrimas tiende su mano. Abdul Rauf la toma y comienzan a recorrer el hermoso camino de la fe.

Mawlana Sheij Nazim Adil y Sheij Abdul Rauf

A partir de ahí, Sheij Abul Rauf viaja seguido. Cada vez que puede, una o dos veces al año. Llega a ser un discípulo cercano a Mawlana. Lo acompaña en sus viajes, se sienta a comer en su mesa, comparten momentos a solas. El maestro enseña y el discípulo aprende.

Mawlana (qs) le da la responsabilidad sobre la Argentina, le dice que viaje, que haga Dhikr, le da el permiso para que la gente de Shahada y tome Bayat en su nombre. También que de sohbat siempre que llegaran a él.

A partir del año 2011 Sheij Abdul Rauf comienza a viajar por Argentina con “Celebración Rabbani”, dando a conocer el Islam y el sufismo a lo largo y ancho de Argentina. Luego Mawlana pone también sobre sus hombros toda Latinoamérica, y comienza a viajar por fuera de la Argentina. Visita numerosos países; Bolivia, Perú, Colombia, México y Panamá. Abre nuevos lugares, inicia nuevos musulmanes, y se inauguran nuevas Dergahs.

Sheij Abdul Rauf llegó a ser uno más de la familia para Mawlana Sheij Nazim. La prueba de confianza que le dio ese título fue atender a la esposa de Mawlana(qs), Hajjah Anne Aminah (qs), cuando un ACV provocó que quede en silla de ruedas. El huesero (después de meses de sesiones) logró que pueda caminar con la ayuda de un bastón, pero esa historia es mucho más larga y con detalles preciosos que dejaremos para otro momento.

Actualmente, Sheij Abdul Rauf continúa su trabajo bajo la guía de su maestro, Mawlana Sheij Muhammad Adil (qs).

Sheij Abdul Rauf saludando a Mawlana Sheij Muhammad Adil

La Mezquita Más Austral Del Mundo

En 1996, Sheij Abdul Rauf acompaña a Mawlana al Primer Encuentro Islámico Internacional en Los Ángeles. Allí, le regala un bastón de chacay artesanal. El Chacay es un árbol autóctono de la Patagonia, de madera liviana y muy resistente. Mawlana lo observa y juega con él, y luego pregunta por el lugar donde nacen estos árboles y dice “este árbol nace en tierra bendecida”.

Allí es cuando Sheij Abdul Rauf pide permiso para construir una Dergah, dentro del terreno de su chacra. Mawlana le da su aprobación. Y así, edifica con su propio esfuerzo la mezquita más austral del mundo.

Mawlana le aconsejó que la construcción no debía estar ni muy cerca ni muy lejos de su casa; “usted salga a caminar que yo le mostraré el lugar”. Éste resultó ser un lugarcito de 40 x 60 metros en medio de un bosque en forma de semicírculo, que “en primavera se llenaba de unas hermosas flores amarillas, donde a las vacas les gustaba pastar” cuenta Sheij Abdul Rauf. También le dijo que utilice materiales de la zona para la construcción.

Mawlana Sheij Muhammad Adil visitando la mezquita más austral del mundo

En aquel entonces Sheij Abdul Rauf vivía solo con su familia, él, su esposa Hajja Fátima y cuatro de sus seis niños, llegó Muhammad Gadea (rahmatallah) de San Lorenzo, Santa fe; “una dulce, humilde y muy trabajadora persona que compartió tres años de su corta vida jugando con sus hijos y que realmente fue un excelente compañero. Solo con él levantamos una hermosa dergah para Mawlana. “Agradezco a Allah el compañero y amigo que me dio para este trabajo y ruego por su bienestar en el Akhira (el más allá)” Sheij A. Rauf.

La Derga que se comenzó a construir en noviembre de 1996, se culminó en 1999. Se trabajó exclusivamente en días de ayuno (unos 120 días de construcción).

Mawlana Sheij Nazim dijo que estaba sostenida por ángeles, que ningún poder terrenal podría moverla, que era una copia de una dergah del paraíso y aseguró que él la visita cada dos horas y hace tawwaf, y luego prometió hacer dos rakats después del Isha todas las noches.

También dijo que Sheij Abdul Rauf era el “guardián de la última frontera del Islam”, y que el llamado a la oración que se hacía en esa mezquita era el último en el mundo, comenzando nuevamente en Indonesia.

La Jama'ah


Actualmente son varias las familias viven cerca del Maqam y de la dergha, intentando llevar una vida sencilla, alejada de la ciudad; Dedicada al Islam, al crecimiento personal, a la familia y el campo. Siguiendo la guía de nuestros maestros inshsha’Allah.

Más Allá de Mallin


Sheij Abdul Rauf, a veces solo, a veces en compañía de su esposa, o de otros musulmanes, viaja por Latinoamérica haciendo conocer el Islam, y también visitando otros musulmanes. Difunde el Islam a través de la simpleza del camino Naqshbandi; Haciendo Dhikr, rezando, dando sohbat y consejos. Iniciando nuevos Musulmanes, dando bayat. Enseñando con el ejemplo, la acción y la palabra. Dando a conocer el estilo de vida que Mawlana difundió desde los años 70 en occidente: una forma de vida simple y sencilla. Si le interesa contactarse con alguno de ellos puede solicitarnos su contacto.

Maqam

Maqam de Grand Sheij Abdullah al Faiz ad-Daguestani

En 2003, en Chipre, Mawlana llamó a Sheij Abdul Rauf y le dijo que Gransheij Abdullah al-Faiz ad-Daghistani (q.s.) quería un Maqam (santuario-estación espiritual) en la Patagonia para los jinns (espíritus de la naturaleza) que eran poderosos y bondadosos. Antiguos seres refugiados en ese lugar. Mientras decía esto, Mawlana se puso de pie, y todos en la mesa con él, y dijo “y el Santo Profeta Muhammad (sws) lo aprueba”. ¡Maa Sha Allah!

Así fue como el Maqam de Gransheij Abdullah (q.s.) se construyó en 9 días, ayunando. Se inauguró el 4 del mes de Ramadán de 1422 A.H, fecha en la que se cumplían 30 años desde que Gransheij Abdullah (q.s.) nos había dejado físicamente.

Mawlana(qs) dijo que era un Maqam de Subhanni-jinns, que surgen como emanación de los ángeles del Subhana Allah, es decir, de los ángeles del Trono, cuyo propósito es sostener el trono Divino de Allah subhana wa ta’ala. Son los ángeles más poderosos que existen, pero todo su inmenso poder está puesto exclusivamente en sostener el Trono. Debido a eso y por la inmensa misericordia de Allah se crearon los subhanni jinns para poder utilizar dicho poder de otras formas. Según Mawlana Sheij (q.s) ha de ser el único Maqam de ellos en el mundo, por esta razón no se permite dormir allí sin permiso de Gransheij Abdullah (qs.).

El maqam ha cambiado todo en la chacra, desde la paz que impera y que sienten todos los que allí llegan; hasta incluso los que llegan buscando otra cosa, hace que dentro de ese Maqam la gente se emocione hasta las lágrimas, sintiéndose bañados de un amor intenso, puro, que los limpia dejándolos como niños.

En realidad, como dice Hajja Fátima, esposa de Sheij Abdul Rauf, “nosotros casi no lo usamos, su sola presencia basta. Pero cuando se necesita, se pide y funciona como antena transmisora, y como mucho en tres días llega la respuesta, tranquilizadora, clara y contundente.”