...y con esta frase comienza la historia de quien hoy es Sheij Abdul Rauf Felpete de Patagonia.
Antes de saber que tenía un maestro.
Antes de saber que era musulmán.
Antes de ser Sheij Abdul Rauf, el Sheij de la última frontera del Islam,
el Guardián de la reliquia, el Sheij Naqshbandi de Latinoamérica.
Raúl Felpete en su vida tuvo una intensa búsqueda espiritual, para él, seguir la guía de un maestro fue fundamental desde joven. Transitó muchos caminos, practicó y enseñó disciplinas y vivió en distintos lugares del mundo.
A raíz de una visita a la Argentina de una autoridad espiritual de la India, que le dio consejo, fue que ordenó su vida. Hasta entonces, en apariencia exitosa, pero internamente vacía. Así fue como se casó, tuvo hijos y cuando pudo compró tierras en un paraje rural de la Patagonia: Mallín Ahogado. En ese entonces recóndito y salvaje. Allí comenzó a hacer su casa de a poco y con el esfuerzo que implicaba construir y vivir en la Patagonia de esas épocas. Se ganó la vida oficiando de huesero y paseando turistas en 4x4.
Sheij Abdul Rauf junto a Mawlana Sheij Nazim
Durante el primer año en Mallín, el padre de una paciente le regaló un Corán. “Para las noches de invierno”, le dijo. Lo leyó, y sintió que “allí algo había”. Pero se preguntaba cuál sería la puerta de entrada.
Y aquí comienza la historia… Un día esa puerta se abrió, y apareció la llave que le permitió entrar…
Raúl había hecho amistad con un hombre, el Doctor Golsio, que, cada tanto, se hospedaba en su casa en Mallín. Allí se tomaba un descanso de la rutina y contemplaba la naturaleza. Un día, preguntó si podía hospedarse junto con un paciente que estaba iniciando un proceso de rehabilitación de depresión y drogadicción. Al principio a Raúl no le gustó nada la idea, pero luego aceptó. Fue hospitalario, quiso ayudar. El doctor y el paciente fueron bien recibidos.
Y ese fue el punto de giro de su vida. Cuando el hombre se presentó ante Raúl le trajo un mensaje: “mi Maestro me manda a decirle que esta es su última oportunidad”. Y le enseñó un libro con la foto de Mawlana Sheij Nazim en blanco y negro. Era el primer libro editado en Argentina sobre Mawlana.
Mawlana Sheij Nazim Adil Al Haqqani
El recién llegado era seguidor de la Orden Naqshbandi, la muy Noble y Gloriosa, que para ese entonces era liderada en Argentina por Abdul Nur Rocatti (desde Mar del Plata). Y es Adab en la Orden Naqshbandi pedir permiso para viajar, casarse y divorciarse. Tres acciones importantes que pueden modificar el curso de la vida, para bien o para mal.
Así que el visitante le había pedido permiso a Rocatti. Rocatti dudó y consultó con Mawlana Sheij Nazim. Mawlana aprobó el viaje y agregó un recado: “cuando esté allí, que le diga al dueño del lugar que esta es su última oportunidad”.
Rául Felpete quedó perplejo. Y estando frente a la entrada del camino de Allah (swt), con la puerta abierta, como pidiendo permiso disparó la pregunta correcta: “¿cómo hago para hacerme musulmán?”. El hombre le contó que cualquier musulmán puede hacer a otro musulmán solo dando Shahada. Y allí mismo, en un lugarcito en su chacra, frente a un estrecho arroyito, Raúl Felpete dio su testimonio de fe. Se hizo musulmán. Y su vida cambió para siempre.
Pasados unos meses viajó a Mar del Plata para iniciarse en la Orden Sufi Naqshbandi. Conoció a Rocatti y a otros musulmanes. Hicieron dhikr. Todos se pararon alrededor de Raúl y Abdul Nur, formando un círculo y dieron Bayat. En ese momento lo vió. Ambos lo vieron. Entre el y Abdul Nur. Como si estuviera parado frente a él, Mawlana Sheij Nazim lo miraba sonriendo. Y así fue que Raúl se convirtió en Abdul Rauf.
No pasó mucho tiempo desde entonces, que Abdul Nur Rocatti renunció a la Orden Naqshbandi. Y así sin ninguna gran ceremonia, y casi sin conocimiento sobre Islam Abdul Rauf se entera por teléfono que es el nuevo Sheij Naqshbandi de Argentina.
Para Rocatti había sido una señal ver a Mawlana entre él y Abdul Rauf en su primer encuentro.
A fines de ese año, Abdul Rauf por fin viaja a conocer a su maestro. Mawlana Sheij Nazim, un hombre con una presencia incandescente, que le da la bienvenida entre caramelos y pañuelos, y entre risas y lágrimas tiende su mano. Abdul Rauf la toma y comienzan a recorrer el hermoso camino de la fe.
Mawlana Sheij Nazim Adil y Sheij Abdul Rauf
A partir de ahí, Sheij Abul Rauf viaja seguido. Cada vez que puede, una o dos veces al año. Llega a ser un discípulo cercano a Mawlana. Lo acompaña en sus viajes, se sienta a comer en su mesa, comparten momentos a solas. El maestro enseña y el discípulo aprende.
Mawlana (qs) le da la responsabilidad sobre la Argentina, le dice que viaje, que haga Dhikr, le da el permiso para que la gente de Shahada y tome Bayat en su nombre. También que de sohbat siempre que llegaran a él.
A partir del año 2011 Sheij Abdul Rauf comienza a viajar por Argentina con “Celebración Rabbani”, dando a conocer el Islam y el sufismo a lo largo y ancho de Argentina. Luego Mawlana pone también sobre sus hombros toda Latinoamérica, y comienza a viajar por fuera de la Argentina. Visita numerosos países; Bolivia, Perú, Colombia, México y Panamá. Abre nuevos lugares, inicia nuevos musulmanes, y se inauguran nuevas Dergahs.
Sheij Abdul Rauf llegó a ser uno más de la familia para Mawlana Sheij Nazim. La prueba de confianza que le dio ese título fue atender a la esposa de Mawlana(qs), Hajjah Anne Aminah (qs), cuando un ACV provocó que quede en silla de ruedas. El huesero (después de meses de sesiones) logró que pueda caminar con la ayuda de un bastón, pero esa historia es mucho más larga y con detalles preciosos que dejaremos para otro momento.
Actualmente, Sheij Abdul Rauf continúa su trabajo bajo la guía de su maestro, Mawlana Sheij Muhammad Adil (qs).
Sheij Abdul Rauf saludando a Mawlana Sheij Muhammad Adil