La noche 27 del mes de Rajab es una noche sagrada porque marca la ascensión del Santo Profeta Muhammad (sws) a los cielos.
“¡Gloria a quien hizo viajar a su siervo de noche, desde la mezquita sagrada a la mezquita lejana, cuyos alrededores hemos bendecido, para mostrarle parte de nuestros signos! Él es Quien todo lo oye, todo lo ve.”
( Al-Isra 17:1 del Corán )
Luego de ser llamado como Profeta, Muhammad (sws) continuo su vida rezando y predicando, lo que provocó la hostilidad de los idólatras paganos. Soportó muchos insultos y abusos, pero trató de difundir el mensaje que le había sido confiado.
Una noche de Rajab estaba el Santo Profeta en Masjid al-Haram en contemplación, recordando a Allah, y ocurrió una triste situación con varios miembros de los Quraish, donde se burlaron y profirieron palabras hirientes. Está situación le provocó una profunda tristeza.
Esa noche fue la vigésimo séptima noche del mes de Rajab. Se dice que luego de la oración nocturna se quedó dormido.
“El Señor Todopoderoso cuya Gloria llega de un extremo a otro sin límites, (...) se dirigió al ángel Jibra'il (Gabriel) diciendo: "Mi amado a quien he elegido de entre toda Mi creación, la mejor de todas, yace durmiendo en la casa de Umm Hani, agraviado por las palabras hirientes de los incrédulos. Deja que tu piedad y obediencia sean una invitación a Mi Amado. Ve, adorna tus deslumbrantes alas con las gemas del Paraíso y disfruta de la dignidad de estar a su servicio.
(...)Tú, Jibra'il, reparas en el Paraíso y allí seleccionas un corcel Buraq, luego desciendes a la faz de la tierra. Todo el castigo en las tumbas será levantado por la duración de esta noche. Ve con Mi Amado que se durmió con la mente triste y abatida en la casa de Umm Hani, y sé su compañero. Despiértelo suavemente y explíquele que esta noche se le mostrará su gran destino (...).”¹
“Jibra'il luego fue a los jardines del Paraíso, donde vio a cuarenta mil Buraq mientras pastaban. Cada uno tenía el nombre de Muhammad (sws) escrito en su frente. Entre ellos estaba un Buraq, que parecía triste y abatido; su cabeza estaba inclinada y las lágrimas brotaban de sus ojos. Jibra'il se acercó a ese Buraq sin dudarlo y le preguntó la razón de su angustia. El Buraq luego dijo: "Mientras estaba dando vueltas en los jardines del paraíso, una voz repentinamente llegó a mi oído, que decía: ¡Oh Muhammad (sws)! Tan pronto como escuché este nombre, me enamoré del portador de este nombre. Durante cuarenta mil años he estado ardiendo con el fuego de la separación y la esperanza de lograr la unión. Desde entonces que Iloro, bajo la influencia del intenso anhelo.
Jibra'il se compadeció del estado de este Buraq y le dijo: "Tu amado Muhammad (sws) ha sido invitado esta misma noche a ascender a los Cielos. Necesita ser transportado desde Masjid-al-Haram (La Meca) a Masjid-al- Aqsa (Jerusalén) por un corcel Buraq. Te Seleccionaré a ti, así que ven ahora y alcanza la realización. Luego ensilló el Buraq con una silla de luz (...)”.
El buraq es una criatura celestial que la tradición describe como: “un animal con cuerpo de caballo y rostro humano, su cola es como la de un pavo real y emana una fragancia muy agradable.
Desde la Kaaba fue llevado hasta la Mezquita de Al-Aqsa y desde allí ascendió atravesando los 7 cielos hasta llegar a la Divina Presencia.
Son muchos los detalles, eventos, y seres que conoció el Profeta (sws) durante el Mi'raj. Es de destacar que mientras estuvo en presencia de Allah, el Todopoderoso estableció las oraciones como una obligación para la comunidad musulmana. Inicialmente fueron 50 oraciones diarias.
Al regresar del encuentro con Allah, el Profeta Muhammad (sws) pasó por el sexto cielo, donde se encontró con Moisés (Sayyidina Musa [as]. Musa (as), con su experiencia previa como profeta, preguntó al Profeta Muhammad (sws) qué le había ordenado Allah a su comunidad. Cuando el Profeta (sws) le dijo que se les habían ordenado cincuenta oraciones diarias, Musa (as), conociendo la naturaleza humana, le aconsejó que regresara y pidiera una reducción, ya que consideraba que los musulmanes no podrían cumplir con tal cantidad de oraciones.
Siguiendo el consejo, el Santo Profeta Muhammad (sws) regresó a la presencia de Allah y pidió una reducción. Allah redujo el número de oraciones de cincuenta a cuarenta y cinco. Sin embargo, Musa insistió en que eso aún sería demasiado, y alentó al Profeta Muhammad (sws) a volver a pedir una reducción. Este proceso se repitió varias veces, con el número de oraciones reduciéndose cada vez en cinco, hasta que finalmente, Allah (swt) redujo el número a cinco oraciones diarias.
Ya en la ciudad de Meca el Santo Profeta, que Allah lo bendiga y le dé paz, relató todo a los suyos. Algunos le oyeron incrédulos, otros rieron de buena gana, pero los de corazón recto, el primero de ellos Abu Bakr As-Siddiq, creyeron cada una de las palabras del Profeta (sws) y su fe pudo más que la ignorancia.
Nota ¹: Este relato del Mí'raj está basado en el libro de Hajja Anna Amina Adil “Muhammad, el profeta del Islam”. Las citas textuales fueron extractos del mismo libro. Salvando detalles como la descripción del buraq, el encuentro con Musa y el regreso. Que fueron recopilaciones de distintas fuentes.